How to save a life- Cuando no puedes salvar a quien amas.

 

Despierta en la noche, intentando salvarle

Cuando una canción se convierte en un espejo del alma.

Hay canciones que no solo se escuchan. Se sienten. Te atrapan. Te devuelven a un instante exacto, a una escena que no puedes olvidar. Esta es una de ellas. Me lleva directa a esos momentos. Esos en el que lo intenté todo. Y no era suficiente.

"Dónde me equivoqué" Perdí a un amigo, en algún lugar lejos en la amargura..."

Me transporta de inmediato: yo, intentando alcanzarlo, hablarle, decirle que estaba mal, que se estaba perdiendo. Y él… simplemente no escuchaba.

"Él entra, tu dices, siéntate, solo vamos a hablar..."

Lo intenté, de verdad lo intenté. Hablar con calma, tenderle la mano, pero cada palabra rebotaba en sus muros. Se alejaba más y más. Me dejaba fuera justo cuando más necesitaba que me dejara entrar.

Y dolía.

"Hazle saber que lo conoces bien..."

Porque yo lo conocía. Mejor que nadie. Mejor que él mismo. Veía detrás de su sonrisa forzada, de sus excusas, de sus silencios. Pero yo veía su caída. Lo veía todo.

"Haz una lista de lo que está mal, de todas las cosas que le has dicho..."

Y se las dije. Con la voz temblando, sí. Pero con el corazón lleno de verdad. Porque no eran reproches, eran súplicas.

"Entre las líneas de miedo y culpa, te empiezas a preguntar por que viniste..."

Y llega un punto en el que no sabes si estas ayudando o perdiéndote. Te debates entre el miedo y la culpa. No sabes porqué sigues ahí, pero sigues. Porque aunque no sepas como salvarle... no puedes irte.

"Y reza a Dios para que te escuche..."

Y en mi desesperación, llegué a rezar. Si no me escuchaba a mí, al menos que escuchara a alguien. A Dios. Al universo. A su propio eco. Lo que fuera.

"Me habría quedado toda la noche despierta, si hubiera sabido como salvar una vida..."

Y me quedé. Tantas noches sin dormir. Sosteniéndolo en silencio, buscándole salidas, pidiendo señales.

Y aún lo hago.

Y aún no se si lograré salvarle.